La condensación de las ventanas en invierno
Al llegar el invierno, aparece el problema de la condensación en nuestras viviendas. Esto sucede cuando hay una diferencia importante entre la temperatura del interior de la casa y la del exterior.
Pero ¿en qué consiste la condensación? Es la evaporación del agua en el aire. Cuando el aire caliente del interior de una casa se encuentra con un suelo frío, se forma esa clásica pátina de humedad que solemos ver en las ventanas de aluminio.
El problema es que la condensación, especialmente si está presente en las paredes, es la condición perfecta para la formación de microorganismos perjudiciales para nuestra salud. Se trata del moho, que puede afectar a la salubridad de nuestro hogar. Una solución provisional puede ser hacerse con un deshumidificador pero no es la solución ideal ni mucho menos, la definitiva.
Pero ¿por qué la condensación se ve reflejada principalmente en las ventanas? Básicamente, porque los cerramientos normalmente son los elementos más débiles en la protección de un edificio desde el punto de vista del aislamiento térmico.
La clave: el tipo de ventana y el cristal
Si los marcos de las ventanas de tu casa son de aluminio sin RPT, o cuentan con unos cristales sencillos, solo con tocarlas o acercarse a ellas ya se puede percibir el frío del exterior. Esta temperatura, en contacto con la humedad concentrada en el hogar, es lo que provoca que las ventanas «lloren».
Por el contrario, los sistemas y materiales aislantes evitan que la temperatura exterior influya en la interior y no crean condensación, así como el doble o triple acristalamiento.
La mejor opción para tu vivienda
Este fenómeno con un cerramiento de PVC deja de ser un problema, ya que el PVC es un material no conductor, por lo que aísla y no genera los puntos fríos, causantes de las condensaciones, sobre su superficie. Además, al mismo tiempo impide la pérdida de la energía que tengamos en el interior de la vivienda, mejorando de forma importante la eficiencia energética de nuestra vivienda. En ventanas metálicas, sin embargo, cualquier explicación sobre cómo evitar la condensación es en vano. La mejor solución es planear un cambio de todas las ventanas de la casa. Para ello, evita los materiales metálicos (recuerda que son conductores) e invierte en unas buenas ventanas de PVC sin riesgo de condensación.
Si quieres elegir el material más resistente a la condensación deberás optar por instalar unas ventanas de PVC, ya que es un material no conductor que aísla perfectamente la vivienda sin generar puntos de frío causados, generalmente, por las condensaciones que se forman en su superficie. Los perfiles de este tipo de ventanas no condensan humedad y además eliminan la sensación de frío al tacto, que sí se experimenta con otros materiales.
De hecho, se perdería mucho menos calor y, por tanto, gastaríamos mucho menos dinero en calefacción. Por lo tanto, en ambos casos, estos dos consejos nos ayudarán a olvidarnos del problema, la condensación en paredes y ventanas desaparecerá, y finalmente viviremos en un ambiente más confortable.